martes, 9 de septiembre de 2014

Trova



Tuve la suerte de nacer en tiempo de soñadores, y fíjate que digo la suerte pues uno no escoje cuando ni donde llegar, solo un buen día abre los ojos y ya. Los de mi generación caímos justo en el momento en que los sueños de una revolución que nunca fue eran  creíbles y casi palpables, despreocupados por el futuro que nos aseguraban luminoso y paradisíaco nos dedicamos a amar.
Cada fin de semana era mágico, eufóricos e inocentes nos desperdigábamos por mi Habana a la caza de una fiesta donde colarnos, una película que ver, un concierto para volar.
La trova nos dio, mas que canciones, himnos, no se si alguna vez volverán a ocupar el mismo espacio de tiempo tantos poetas únicos que a fuerza de guitarra nos terminaron de moldear el alma pues nuestros padres, ocupados en hacer patria, poco sabían de nuestros sábados de juventud.
Algunos por convicción, pero la mayoría por supervivencia, componían al "proceso" alguna que otra loa que para todos resultaba lógica y que no incomodaban pues el grueso de sus canciones siempre fueron cantos al amor, la verdad y los sueños.
Soy pues, el resultado de todos ellos, como hijo adoptivo sigo rumiando sus canciones cada vez que necesito respuestas en esta vida condicionada por un vacío espiritual casi invencible y de la que trato de alejarme como muchos de los que una vez sudaron junto a mi gritando la poesía de estos maestros, la misma que nos salvo, la misma que nos salva hoy.
Gracias a todos

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