sábado, 6 de septiembre de 2014

Dia de las madres

Para mi siempre fue la misma, el tiempo, en su caso, nunca lo medí en días o años sino en etapas.
Mis mas remotos recuerdos tienen la forma de cuentos, de canciones para dormir, de uniforme almidonado el lunes en la mañana y algún que otro chancletazo para entrarme en cintura. 
Después siguió la adolescencia, esa etapa de descubrimiento continuo que me hubiese sido imposible superar sin sus consejos que siempre seguía pero rechazaba en su presencia por lo antagónico de nuestra relación condicionada quizás por cierta ley física que enuncia que "polos iguales se repelen".
En el fondo nunca deje de temerle, incluso sabiendo que, viniendo de ella, las amenazas solo podían ser paradójicamente buenas, por eso siempre me cuide de incomodarla lo menos posible con mi comportamiento pues era capaz de cumplir lo que prometía y a cierta edad la vergüenza de hombre dominado por unas faldas comienza a volverse importante.

Velar por mi era su vocación y su trabajo, apelando al origen de mi procedencia reclamaba su derecho a inmiscuirse en mi vida sin importarle mis puntos de vistas, cualquier intento de sublevación lo sofocaba con la frase.."nadie como yo sabe que es lo mejor para ti".
Como era imposible separarnos la coexistencia pacifica se volvió una necesidad que poco a poco nos fue haciendo tan cómplices que a partir de cierto momento solo bastaba mirarnos para sabernos el uno al otro.
Con la edad se fue aplacando, se volvió mas sabia por lo tanto un poquito mas tolerante, cuando comenzaba a disfrutar de su amistad se me perdió de vista para siempre dejándome a merced de mi mismo pero segura de que en mi desamparo en esta parte de la travesía sin ella la luz de sus enseñanzas siempre estaría mostrándome la ruta correcta.
Mañana le tocaría un beso y un regalo preguntado de antemano para estar seguro de que le gustase, mañana ella cocinaría y me serviría el pedazo mas grande de carne, luego me regañaría un par de veces y al final me despediría con la mirada mas dulce que jamas nadie me ha dado y con la que la traigo de vuelta siempre que necesito saber que hacer para convertirme en ese mejor ser humano que siempre quiso que fuera.
Feliz día, mi vieja.

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