domingo, 21 de septiembre de 2014

ANA Y ARA

Como escribirte a ti sin poner un poco de ese edulcorante que uso siempre para los que amo.
Como evitar un tono dulzón sabiéndote cubano a quien molesta la blandengueria, veremos que hago.
Tu abuela no creía en Dios...ni en nadie, así que no veo motivos para que se encomendara a ningún santo, ni prendiera velas, ni usara recursos mágicos de religión africana tratando de hacerte coincidir, por supuesto que lo deseaba, por eso, cuando llegaste como regalo exactamente el día de su 50 cumpleaños le pareció una casualidad feliz y hasta merecida.
 Sin ninguno de los dos saberlo fueron dos seres colocados en el tiempo justo para burlar la aparente insalvable distancia generacional con un amor de necesidades satisfechas.
Viniste con años para ella debajo del brazo, le despertaste la vocación olvidada, le hiciste creer que podía, le alargaste el amor mas allá del amor mismo.
Te dio mas de lo alguna vez alguien obtuvo de ella, te dio los mas buenos y bellos tiempos de toda su vida, su sinceridad dura y brillante, su respeto al trabajo, su sensibilidad escondida para que nadie creyera que era débil, te hizo recto, justo, honesto.Te hizo hombre.
Debería seguir, debería, ella fue mi madre, tu eres casi mi otro hijo, pero como bien sabes, porque ella se encargo de enseñártelo, a veces  "decir" no encuentra palabras.
Feliz 74 cumpleaños, mi vieja,
Feliz 24, sobri.


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