Digo también por muchos otros que hacen suyas mis palabras pues se que los sentimientos también suelen tener miedo escénico.
Mientras pueda hacer con mis palabras que alguien se mire adentro, mientras mi decir sea leñador o árbol,Peter Pan o Garfio, blasfemia o voz de ruiseñor, seguiré de vez en vez desdoblando deseos ajenos, haciéndome rico con los baúles repletos de sonrisas, lagrimas y hasta malas palabras cobradas como regalías de mi pedacito de pensar rentado para volar.
En el intento de regalarle crepúsculos y amaneceres quizás el resplandor de lo que digo dore un poco su piel.
Si así ha sido, este sudor tuyo que ahora empapa mis huesos es el premio a tan ardua tarea.
El trabajo del arte es manipular corazones, empujarlos afuera y hacer que un golpe de luz les devuelva esperanzas y razones.
PD: no corran a comprar protector, el daño ya esta hecho.
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