jueves, 9 de octubre de 2014

ENCUENTRO

Se miraron desde sus recelos, desde el temor al fracaso que se vuelve patológico con el tiempo, se vieron desde su edad, desde esa adultez que confiere un aire de seguridad cuando ambos estaban muertos de miedo y aterrados ante la idea de no agradar.
Fue en sus ojos que comenzaron las sospechas, esos que se les antojaron árabes porque de tanto gustarles quiso hacerlos exóticos, esa mirada suya desde lo hondo le devolvió a la pena de escolar sorprendido en falta y desde ese instante comprendió que todo con ella seria distinto.
Luego fue el abrazo, y le quedo justa, ni mas ni menos, la talla perfecta, la circunferencia correcta para que entre sus brazos y aquel cuerpo no cupieran mas que sentimientos, abrazo primerizo, tímido, penoso, abrazo rico, cabeza en el pecho y creencia que de tanto pensarla quizás se había materializado.
Su risa lo lleno tanto que olvido la coherencia, volvieron a ser los adolescentes bobos que de tanto querer decir no dicen nada, involución espiritual, regreso a la esencia, a la matemática simple, al 2+2, retorno a lo puro, a lo descomplicado, al lugar del que personas como ellos un día fueron obligados a salir y a los que la tremendisima suerte de haberse conocido les dio la posibilidad de estar de vuelta.

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