martes, 7 de octubre de 2014

ULISES

En ella hizo el camino, le entregó lo ultimo de bueno y puro, busco la luz, se permitió viajar...
Dejo abandonado en su puerto el navío que por tantos años le llevo a ningún lado y, a fuerza de ilusión, construyo un velero sencillo pero con infulas de crucero. 
Tomo el nombre de su dama y lo bautizo como corresponde,  lo arbolo con la madera de sus anhelos,  lo hizo marinero, le propuso brújula a sus deseos y lo guió hasta el mar olvidado donde se ató a su mástil.
Espero paciente con el alma fija en el agua y la mitad mujer de ella canto tan bello que no tuvo que abrir los ojos para ver los destellos con los que las escamas de su mitad pez quemaron nudos y le dieron la libertad para saltar por la borda al mar del resto de su vida donde la felicidad lo esperaba.

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