Tiempo de adiós
Queriendo ser ya pasado
volteó los tiempos sin previo aviso,
y su cuerpo, arena,
de su letargo despertado,
comenzó su viaje hacia el precipicio.
Cascada lenta e implacable,
arrastrando todo lo suyo,
lo nuestro,
caudal escurriendo inevitable,
vidrio olvidado en estampida,
desierto con botella para náufrago,
sin mares donde arrojar despedidas.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario