martes, 26 de marzo de 2019


Réquiem para Anthony Bourdain

Saciado de caminos y fantasmas,
pensó que todo lo comible estaba ya comido, todo lo por ver ya estaba visto, todo lo sentible era, para él, pasado.
Decidió pues dejar que la gravedad hiciera lo único que sabe, en el reclamo impaciente de sus pies también le iban los sueños.
La vida cruzó los dedos, el aire se llenó de incertidumbres, y, con un solo paso, sus tiempos quedaron atrapados,péndulo dueño de vaivenes, en la eternidad cadenciosa del reloj del techo.

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